Conocerse es el soporte y el motor de la identidad y de la autonomía. Captar
mejor nuestro ser, personalidad, fortalezas, debilidades, actitudes, valores,
aficiones. Es saber de qué redes sociales se forma parte, con qué recursos
personales y sociales contamos para celebrar la vida y para afrontar los
momentos de adversidad.
La relación entre el autoconocimiento y el bienestar emocional
El autoconocimiento es clave para el bienestar psicológico
de las personas, puesto que aquellas que se conocen mejor saben lo que quieren
en la vida, no solo en los grandes proyectos sino en las cosas cotidianas de la
vida. Y es que las personas que se conocen bien saben gestionar mejor sus
emociones incluso en los momentos de mayor dificultad. El mundo que les rodea
puede desestabilizarse, pero no así su mundo interior.
De hecho, uno de los conceptos de la Psicología que mayor
repercusión ha tenido en las últimas décadas es la Inteligencia Emocional, y el
autoconocimiento es el punto de partida para poder convertirse en una persona
emocionalmente inteligente. Conocer las propias emociones y saber qué
significado tienen para nosotros está íntimamente relacionado con la
autorreflexión y la mejora de la salud mental. La relación entre el
autoconocimiento y el bienestar emocional.
Empatía
Es una capacidad innata de las personas que permite tender
puentes hacia universos distintos al propio, para imaginar y sentir cómo es el
mundo desde la perspectiva de la otra persona. Poder sentir con la otra persona
facilita comprender mejor las reacciones, emociones y opiniones ajenas, e ir
más allá de las diferencias, lo que nos hace más tolerantes en las
interacciones sociales.
- Saber escuchar: Presta atención a lo que explica o argumenta la otra persona, atiende a las manifestaciones no verbales, como sería en el caso de los gestos que se corresponden con el estado de ánimo que se verbaliza y no interrumpas el discurso verbal. Por otro lado, es necesario mostrar interés preguntando detalles sobre el contenido de la conversación.
- Interpretar las señales no verbales: Comprende los mensajes transmitidos de carácter paralingüístico, tales como la entonación, el tiempo de respuesta, el volumen.
- Mostrar comprensión: Podemos mostrar comprensión congruente a aquello que nos explican a través de frases como:" Comprendo que actuases así". "Entiendo cómo te sientes". "La verdad es que debiste pasarlo genial"… No se deben invalidar, rechazar o juzgar las emociones de la persona que las expresa ya que esta es una premisa fundamental para mostrar sensibilidad empática.
- Prestar ayuda emocional si es necesario: Es importante preguntar siempre a nuestro interlocutor si necesita algún tipo de ayuda. Sin embargo, en muchas ocasiones con el simple hecho de escuchar activamente al otro le permitimos “ventilar” y gestionar su estado emocional. De esta forma siente alivio por tener un oyente confiable a quien transmitir sus emociones.
Comunicación asertiva
La persona que se comunica asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores. Para esto, al comunicarse da a conocer y hace valer sus opiniones, derechos, sentimientos y necesidades, respetando las de las demás personas.
Es importante:
- Examinar los propios intereses y estimar en qué medida deben ser respetados. No es un capricho momentáneo, sino lo que realmente quiero.
- Observar la conducta específica del otro y determinar su estilo de comportamiento.
- Gestionar los sentimientos frente a los demás para no tener conductas agresivas o pasivas. Al saber cómo es quien tengo delante, puedo comprender cómo le va a sentar aquello que yo le diga.
- Ponerse en el lugar del otro y tratarlo asertivamente, aunque él no se comporte de igual manera. No entrando en juegos ni dinámicas que nos alejen de nuestro objetivo.
- Sentir autoestima, estar seguro de que lo queremos y nos lo merecemos.
Esto implica:
- Conciencia de la propia valía.
- Seguridad en uno mismo.
- Firmeza en las propias concepciones, sentimientos y pensamientos.
- Expresión del propio Yo.
Relaciones interpersonales
Establecer y conservar relaciones interpersonales significativas, así como ser capaz de terminar aquellas que bloqueen el crecimiento personal (relaciones tóxicas). Esta destreza incluye dos aspectos claves: aprender a iniciar, mantener o terminar una relación; es aprender a relacionarse en forma positiva con las personas con quienes se interactúa a diario.
¿Por qué son importantes?
Las habilidades sociales o de relación interpersonal están
presentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Son conductas concretas, de
complejidad variable, que nos permiten sentirnos competentes en diferentes
situaciones y escenarios, así como obtener una gratificación social. Hacer
nuevos amigos y mantener nuestras amistades a largo plazo, expresar a otros
nuestras necesidades, compartir nuestras experiencias y empatizar con las
vivencias de los demás, defender nuestros intereses, etc. son sólo ejemplos de
la importancia de estas habilidades. Por el contrario, sentirse incompetente
socialmente nos puede conducir a una situación de aislamiento social y
sufrimiento psicológico difícil de manejar.
Decidir significa actuar proactivamente para hacer que las cosas sucedan en vez de limitarse a dejar que ocurran como consecuencia del azar o de otros factores externos. Esta habilidad ofrece herramientas para evaluar las diferentes posibilidades en juego, teniendo en cuenta necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles consecuencias presentes y futuras, tanto en la propia vida como en la de otras personas.
En la resolución de problemas se necesita de los siguientes conceptos:
- Decisión: Todas las posibles combinaciones que incluyen tanto las acciones a llevar a cabo como las situaciones.
- Resultado: Hipotéticas situaciones que tendrían lugar si se toma una u otra opción de las decisiones antes señaladas.
- Consecuencia: Evaluación basada en la subjetividad, por ejemplo ganancias o pérdida.
- Incertidumbre: Aquí juegan un papel fundamental tanto la probabilidad, como la confianza y posibilidad, frente a lo desconocido, sobre todo cuando no se tiene experiencia en algún problema en particular.
- Preferencias: Tendencia a tomar una alternativa y no otra, se ve condicionada por la experiencia.
- Toma de decisión: Acción de decidir.
- Juicio: Evaluación.
Manejo de problemas y conflictos
No es posible ni deseable evitar los conflictos. Gracias a ellos, renovamos las oportunidades de cambiar y crecer. Pueden ser una fuente de sinsabores, pero también una oportunidad de crecimiento. Podemos aceptar los conflictos como motor de la existencia humana, dirigiendo nuestros esfuerzos a desarrollar estrategias y herramientas que permitan manejarlos de forma creativa y flexible, identificando en ellos oportunidades de cambio y crecimiento personal y social.
¿Cómo manejar conflictos?
Existen diferentes técnicas que ayudan al manejo de
conflictos, aunque destacamos las siguientes:
- Hablar con la otra persona, si se es parte activa en el conflicto, o promover la comunicación, cuando se trata de resolver el que afecta a otros compañeros. Es importante fijar una hora y lugar de reunión donde puedan tratarse las diferencias con calma y buscarse una solución sin ser interrumpidos.
- Centrarse en datos objetivos y obviar cualquier subjetividad. Hay que empezar por buscar una solución y nunca hacer más grandes las diferencias. Tampoco es recomendable generalizar.
- Escuchar con atención a la otra parte. No interrumpir el discurso de nadie y evitar desconectar y prepararse para reaccionar en vez de centrarse en las palabras de la otra persona. Suele dar buenos resultados reformular lo que la otra persona ha dicho, una vez termina de hablar, para asegurarse de que el mensaje se ha entendido correctamente.
- Identificar puntos de acuerdo y desacuerdo. Resumir las áreas de acuerdo y desacuerdo y preguntar a la otra parte si está de acuerdo con la evaluación. Introducir los ajustes necesarios hasta que se consigan definir los términos del conflicto.
- Priorizar las áreas de conflicto. No todas las cuestiones tienen la misma importancia para todos y, por eso, es preciso concretar qué áreas de conflicto son más importantes para cada parte.
- Desarrollar un plan para trabajar en cada desacuerdo. Hay que comenzar abordando el conflicto más importante y centrarse en el futuro. Pueden acordarse reuniones futuras para continuar las negociaciones.
- Celebrar el éxito. Buscar oportunidades para señalar el progreso y complementar las ideas y los logros de la otra persona.
Pensamiento creativo
Usar la razón y la “pasión” (emociones, sentimientos, intuiciones, fantasías,
etc.) para ver la realidad desde perspectivas diferentes que permitan inventar,
crear y emprender con originalidad. Pensar creativamente hace referencia a la
capacidad para idear algo nuevo, relacionar algo conocido de forma innovadora o
apartarse de esquemas de pensamiento o conducta habituales (pensar “fuera de la
caja”).
Pensamiento crítico
Analizar experiencias e información y ser capaz de llegar a conclusiones propias sobre la realidad. La persona crítica no acepta la realidad de manera pasiva “porque siempre ha sido así”. Por el contrario, se hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga. El pensamiento crítico requiere la puesta en acción tanto de habilidades cognitivas (un proceso activo de pensamiento que permite llegar a conclusiones alternativas), como de competencias emocionales (relacionadas con las actitudes personales, ya que es necesario también querer pensar).
Manejo de sentimientos y emociones
Esta habilidad propone aprender a navegar en el mundo de las emociones y sentimientos, logrando mayor sintonía con el propio mundo afectivo y el de las demás personas. Las emociones y sentimientos nos envían señales constantes que no siempre escuchamos. A veces pensamos que no tenemos derecho a sentir miedo, tristeza o ira. Este es un ejemplo de cómo el mundo afectivo se puede ver distorsionado por prejuicios, temores y racionalizaciones. Comprender mejor lo que sentimos implica tanto escuchar lo que nos pasa por dentro, como atender al contexto en el que nos sucede.
Manejo de las tensiones y el estrés
Las tensiones son inevitables en la vida de todas las personas. El reto que representan no consiste en evadir las tensiones, sino en aprender a afrontarlas de manera constructiva, sin instalarse en un estado crónico de estrés. Esta habilidad permite identificar las fuentes de tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o contrarrestarlas de manera saludable.
Aprenda a reconocer el estrés
El primer paso para manejar el estrés es reconocer la
presencia del estrés en su vida. Todo el mundo experimenta el estrés de manera
diferente. Es posible que se enoje o esté irritable, que no pueda dormir o que
sufra dolores de cabeza o malestar estomacal. ¿Cuáles son las señales del
estrés en usted? Una vez que conozca las señales que debe buscar podrá comenzar
a manejarlo.
Adicionalmente, identifique las situaciones que pueden
provocarle estrés. Estas situaciones se conocen como tensionantes. Sus
tensionantes pueden ser la familia, el trabajo, las relaciones, el dinero o los
problemas de salud. Una vez que comprenda de dónde viene su estrés podrá idear
maneras con las cuales lidiar con sus tensionantes.
Evite el alivio del estrés de manera inadecuada
Al sentirse estresado, usted puede recurrir a
comportamientos poco saludables que lo ayuden a relajarse. Estos
comportamientos pueden incluir:
- Comer en exceso.
- Fumar cigarrillos.
- Beber alcohol y consumir drogas.
- Dormir demasiado o no dormir lo suficiente.
- Estos comportamientos pueden ayudarle a sentirse mejor en un principio, pero pueden hacerle más daño de lo que ayudan. En lugar de ellos, utilice los consejos que se presentan a continuación para encontrar maneras saludables de reducir el estrés.
Cada una de estas habilidades puede servir para varias situaciones
psicosociales, pero también una situación concreta puede requerir la
utilización de varias de estas habilidades. Por ello, podemos decir que todas
las habilidades están interrelacionadas, pues pueden presentarse
simultáneamente en diversos ámbitos, pero el hecho de separarlas como entes
diferentes contribuye a su utilización de manera particular y a ser conscientes
de cada una de ellas.
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